El Papa Francisco en Filipinas "trae fuego pero no para destruir, sino para purificar. Trae un terremoto pero no para devastar, sino para despertar. Trae armas que no matan, sino que consuelan". Esto dijo, el arzobispo de Manila, el card. Luis Antonio Tagle, después de la misa celebrada en la catedral de la Inmaculada Concepción (16 enero 2015). La iglesia, destruida 7 veces por calamidades y guerras, siempre fue reconstruida y es el "símbolo del pueblo filipino, rico de música y de fe". A continuación el texto completo del discurso del cardenal (traducción a cargo de Asianews).

Santo Padre: Delante de Ud. están los representantes de los obispos, sacerdotes, hombres y mujeres religiosos, fieles laicos de Filipinas y de Asia. En nombre de ellos yo le doy la bienvenida a nuestra nación, en la ciudad de Manila y en la catedral de la Inmaculada Concepción. Estamos llenos de alegría por tenerlo aquí con nosotros, en modo particular en esta primera celebración eucarística de vuestra visita pastoral.

Esta de Manila, es la primera iglesia catedral de Filipinas. Puede ser considerada como un símbolo del pueblo filipino. El fuego destruyó la primera catedral. Las sucesivas 5 catedrales fueron destruidas- en parte o totalmente- por terremotos: el más imponente de éstos fue en 1863 y sepultó en los escombros a los miembros del capítulo de la catedral, el coro y a los fieles laicos. La 7° catedral fue bombardeada sin piedad, junto a los edificios dentro de los muros de la ciudad de Manila (Intramuros), durante la batalla por la liberación en 1945.

Estamos reunidos hoy en la octava catedral, que hace 3 años fue cerrada para restaurarla. Hoy ésta os recibe con calor. Esta catedral fue destruida muchas veces, pero siempre se negó a desaparecer. Sí, Santo Padre, nosotros obispos, sacerdotes, hombres y mujeres religiosos, hemos visto y vivido el sufrimiento y la determinación de nuestro pueblo. "En todo, de hecho, estamos atribulados, pero no aplastados" (2 Cor. 4-8)

¿Cuál es el secreto de los filipinos? El p. Horacio de la Costa sj, -historiador, escritor, sacerdote, religioso y nacionalista- nos ha dado la respuesta. Él dijo que el filipino tiene dos tesoros: la música y la fe. Nuestras melodías hacen surgir a nuestro espíritu más allá de las tragedias de la vida. Nuestra fe nos hace levantar, una y otra vez después de los incendios mortales, terremotos tifones y guerras. Y ahora, mientras tantos en nuestro pobre pueblo están apenas empezando a levantarse de las recientes calamidades naturales y provocadas por el hombre, usted, Santo Padre, vino a visitarnos.

Usted trae el fuego no para destruir, sino para purificar. Usted trae un terremoto pero no para devastar, sino para despertar. Usted trae armas que no matan, sino que consuelan. Realmente "Tú eres Pedro, la roca sobre la cual Jesús construyó su Iglesia" (Mt. 18-18). Tú eres Pedro, que viene para "dar fuerza a nuestro hermanos y hermanas en la fe" (Lc. 22-32). Nosotros le damos la bienvenida, sucesor de Pedro,  en esta tierra bendita de incansable esperanza, infinita música y alegre fe. Con su visita, sabemos que Jesús renovará y reconstruirá Su Iglesia en Filipinas- ¡Mabuhay!